Título: El velo
Publicación: 2010
Temática: Terror psicológico
Páginas: 96
Autor: El Torres
Ilustrador: Gabriel Hernández
Puntuación: 10
Sinopsis: Chris Luna es una detective de poca monta con clientes que parecen salidos de un día de difuntos. Tiene la capacidad única de ver a través del velo entre nuestra realidad y lo desconocido. Por desgracia, esta habilidad no paga el alquiler. Ahora Chris está desesperada y tiene que volver a casa de tia Maine donde se enfrentará a la oscuridad que acecha bajo la superficie de su tranquila ciudad natal.
He escrito miles de veces sobre Miedo. Le he dado forma, características de humano y le he hablado flojito en la oscuridad. Si a Miedo lo tratas como algo real, puedes enfrentarte a él como a un humano. Es mi parte poética, mi yo atormentado, mi yo escritora.
El Velo me ha acercado a él, me ha recordado que existe y que puede irse con la misma facilidad con la que llega, a veces, sin esperarlo.
La novela gráfica parte de la historia de una chica con un don especial: es capaz de ver a los muertos, de hablar con ellos. Utiliza esta capacidad para resolver algunos casos de asesinatos, pero es lo de menos. Es un pretexto para explicar mucho más.
¿Dónde se encuentra el límite entre la vida y la muerte? ¿Qué nos mata? ¿Qué nos mantiene vivos? Chris, la protagonista de esta historia, nos lo explica en primera persona: el Hombre Babosa es el culpable de todo. Una metáfora de toda la oscuridad que baña la sociedad. Es el mal, el dolor, la pena y los traumas los que alimentan al Hombre Babosa, las personas le damos la vida y le ofrecemos la oportunidad de matarnos poco a poco sin que podamos evitarlo.
El Hombre Babosa es Miedo, mi miedo, y el tuyo, y el de áquel. Un sujeto indefinido que nos une un poquito al infierno; que nos desdibuja de ser viviente para perfilarnos como a espectro.
Una novela filosófica, compleja y bien hilada, que mantiene la tensión argumental de una historia de terror. Porque, como ya dice el autor al final: «la realidad siempre da más miedo que cualquier fantasma».
El final es inquietante, igual de impactante que el resto de la novela, proponiéndonos una última reflexión: ¿Existe un límite entre la verdad, la mentira, la cordura y la locura? Si existe, ¿cuál es?
Por último, y no por ello menos importantes, las imágenes. Difuminadas, oscuras. Los rostros marcados, demacrados. Perfecta combinación al texto, o tal vez, perfecto texto para semejantes imágenes. Una composición perfecta.
Es una experiencia y una oportunidad para sacar a Miedo, al Hombre Babosa, al Coco o a Nosotros mismos de muy dentro, coger una escopeta y ¡disparar!
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