Título: Tambores
Idioma: Castellano
Autores: El Torres (guionista), Abel García Hernández (dibujante), Fran Gamboa (colorista)
Editorial: Dibbuks
Publicación: Marzo de 2012
Formato de publicación: Cartoné
Tiempo estimado de lectura: 3h
Puntuación: 8/10
Sinopsis: Dos agentes del FBI deben investigar un suicidio en masa acaecido durante un ritual de santería.
Lo mejor: La eficacia de la historia.
Lo peor: A veces, puede ser un poco previsible por lo comercial.

Parece que estamos desarrollando una pequeña debilidad hacia los tebeos de El Torres. Si hace unos meses Judith reseñó El velo, en esta ocasión me toca a mí hablar de Tambores, su cómic recopilado por Dibbuks en 2012, gracias a una mano inocente, la mía, que lo encontró, lo extrajo y me lo puso delante de mi cara diciéndome: lee.

No puedo llevarle la contraria a mis manos. Será que ellas son parte de mí, puedes pensar, querido lector. Y estás en lo cierto. Lo cual no quita mérito a la elección, y a la satisfacción que sentí cuando terminé esta novela gráfica: aquí mezclamos terror con policías y santería. Tenía que leerlo. Así que lo he leído, y el resultado ha sido muy satisfactorio. Hay que reconocerlo: se nota que a El Torres le gusta el género de terror, y al género de terror le gusta El Torres.

El cómic trata de unos agentes del FBI que tienen que investigar lo que aparentemente es un suicidio en masa provocado por un extraño ritual de santería, todo ello bajo una incesante tormenta y con la ayuda de una colaboradora especializada en religiones afrocaribeñas. Si la historia empieza con el ritual, pronto da paso a las situaciones sobrenaturales, en las que se mezclan los muertos vivientes con escenas de intriga y terror, todo ello dentro de un esquema muy mainstream, como el prólogo ya nos anuncia: si a veces seguir una patrón preestablecido puede acabar con historias aburridas, en este caso la capacidad narrativa y la expresividad de las ilustraciones consiguen un tebeo muy eficaz, respetuoso con sus tradiciones y también con el lector.

Por desgracia, su fidelidad al mainstream hace que la historia termine flaqueando, por lo previsible: crimen horripilante, pistas que no son lo que parece, protagonista afectado por su pasado, compañero gracioso, y chica sexy. Y zombis, que no falten. Así escrito suena hasta a demasiado previsible, y lo puede llegar a ser. Tampoco es malo: el cómic mantiene la tensión y el crescendo hasta alcanzar el clímax, está muy logrado. Y es importante anotar que aunque sea muy estándar, esto no quita que los personajes no tengan complejidad. Es escasa, vale, pero es un cómic, no llega a las 100 páginas y hay dibujos. En ese sentido, bien. Otro comentario a parte es el trabajo de dibujo y coloración. Es un muy buen resultado. La oscuridad reinante, justificada por la incesante tormenta, y la ambientación nocturna, rotas por los rojos del trance y el frenesí, son perfectas para ambientar la historia.

En Tambores tenemos un cómic comercial, que busca aferrarse a los lugares comunes de los géneros de los que bebe, y una historia sólida, entretenida y emocionante. Perfecto para pasar un buen rato si el lector es aficionado al género; si no, y tiene estómago para ver imágenes grotescas y duras, sin duda es una buena forma para entrar en el género y en las novelas gráficas.