Título: Mi verdadera historia
Publicación: 2017, Editorial Seix Barral
Temática: Realismo/ ficción
Páginas: 112
Autor: Juan José Millás
Puntuación: 10/10
Sinopsis: El narrador de Mi verdadera historia es un adolescente de doce años como otro cualquiera, con sus miedos, inseguridades y deseos de nuevas experiencias. Un día, volviendo del colegio, arroja una canica desde un puente y ocasiona un accidente de tráfico que acaba con la vida de toda una familia. Sólo se salva Irene, una chica de su edad, que queda tullida.
Ojalá el aspecto no os haga comprar esta novela. Ojalá no confiéis en sus ilustraciones y, erróneamente, clasifiquéis la obra como juvenil, o lo que es peor, infantil. Ojalá, de verdad, ojalá, no malinterpretéis el espaciado de las líneas, la brevedad y la sutileza del título. Deseo de corazón, que cuando tengáis este libro en vuestro poder, os sentéis, despidáis todos los prejuicios que habéis aprendido en cuanto a maquetación y formato de una novela de adultos, y disfrutéis de cada palabra de Juan José Millás, porque merece, y mucho, la pena.
Mi verdadera historia habla de la vida de un adolescente que necesita y reclama, como puede, el cariño de su padre. A su padre le gusta leer, por eso él quiere escribir. Para que algún día se siente en su butacón y no tenga más remedio que leerle, que descubrirle. Tal vez, incluso, alguna vez, haga algo tan bueno, que su padre no tenga otra opción que la de hablar de él en televisión, delante de toda esa gente que él tanto admira.
La necesidad que tiene el chico de que su padre le preste un poco de atención, le provoca un gran dolor, ya que la figura paterna, por más que lo intente, se mantiene fría y distante durante toda la novela. El protagonista enmascara su dolor con una pose de indiferencia hacia todo lo que le rodea y aprende a decir «sí» a todo lo que debe decir sí, y «no» a aquello que debe decir no. Pero el dolor, debe salir, para no matarnos por dentro, y al chaval le sale el miedo en forma de orina todas las noches, y la rabia, la desolación y la pena, en forma de intentos de suicidio.
En una de esos intentos por quitarse la vida, inconsciente del daño que va a provocar, tira una canica desde lo alto de un puente. La canica golpea un coche, provocando así un accidente de tráfico que acaba con la vida de toda una familia. Consigue sobrevivir una chica, que, casualmente, tiene su misma edad. A partir de este momento, el chico carga con el miedo, el dolor y la culpa. Una culpa que le acompaña día a día, en todo aquello que hace y dice.
La historia nos la explica el propio protagonista de forma ágil. En todo momento podemos saber sus pensamientos, sus contradicciones y hacernos cargo de su mal, de su ansiedad. Es una persona acostumbrada a la ignorancia de sus padres, que busca desesperadamente un poco de aceptación, pero todos sus esfuerzos por conseguirlo le hacen entrar en una espiral tóxica, dañina. La narración es tan cercana y los sentimientos que se describen tan humanos, que es imposible no empatizar con el personaje, aun sin haber vivido nada parecido.
La estructura de la obra está muy conseguida, queda dividida por tres partes, aunque Millás no lo especifique. Una primera parte donde se nos presentan a los personajes y la relación que hay entre ellos: padre, madre e hijo. Una segunda parte donde el protagonista tira la canica al puente, desarrollándose así el segundo conflicto clave de la novela. Y por último, el desenlace, donde el adolescente se acercará de una manera muy pecualiar a su padre, rompiendo algunos de sus temores pero creando otros muchos.
La brevedad de la novela en este caso es una virtud. El autor pasa por encima aquellas circunstancias innecesarias, aquellas que se alejan del verdadero conflicto: ¿se puede amar uno a sí mismo sin ser amado? ¿Cuál es la línea que separa la locura de la cordura? ¿Es el adolescente un loco, o solo pide aquello que en principio le debería de haber sido dado? ¿Podemos matar al otro sin sacar un cuchillo? ¿Es mortal la palabra? ¿Es veneno la indiferencia?