La ley de Poe y la ironía

Internet es un lugar hostil. No lo digo yo. Basta con ver la cantidad de vídeos de gatitos, esas bestezuelas salvajes, capaces de acabar con la vida de cualquier cosa, hasta las que no tienen vida, en un santiamén. También hay páginas web dedicadas a temas tan escabrosos como, por ejemplo, la literatura. Y cosas peores. Cosas que vosotros no creeríais. Y eso, solo, en la parte luminosa. Luego está la dark web, ese lugar maligno donde viven dragones y cosas peores.

Y luego están los foros, los chats, y los sitios web paródicos. En estos lugares es fácil leer textos que, a la legua, se ven como ironías. Pero no lo son. ¿O sí? Esta duda surge por la dificultad para detectar la ironía. Porque, ¿qué es la ironía? Según la RAE, la ironía puede ser a), burla fina y disimulada, b) tono burlón con que se expresa ironía, c) expresión que da a entender algo contrario o diferente a lo que se dice, generalmente como burla disimulada.

Dejemos de lado la insistencia en la burla por parte de la academia. Fijémonos en la tercera definición: «expresión que da a entender algo contrario o diferente a lo que se dice». Bien. Pero, ¿cómo sabemos que algo «da a entender». Para eso necesitamos algo que nos lo haga entender. Es decir, marcadores. Según Alvarado Ortega, del grupo Griale, de la Universidad de Alicante, centrado en el estudio de la ironía, y basándose en un trabajo previo de Poyatos (1994, en Alvarado Ortega, 2006) y las investigaciones de su grupo de trabajo, hay tres marcadores para detectar la ironía (Alvarado Ortega, 2006, p. 5-7):

  • Indicadores kinésicos: los gestos, cómo se hacen estos gestos y las posturas corporales. Es decir, el lenguaje no verbal.
  • Indicadores paralingüísticos: modificaciones de la prosodia habitual, como silencios o cambios de tono.
  • Indicadores lingüísticos: uso de puntuación, palabras de alerta, expresiones fuera de lugar, exageraciones, contradicciones o cambios de significado, entre otros.

De estos tres indicadores, en internet no podemos usar ni el primero, ni el segundo. En internet no podemos hacer gestos ni subir el tono como lo haríamos en una conversación normal. Hay alternativas, como usar un gif animado, emoticonos, las negritas, o escribir en comic sans, pero no consiguen suplir la naturalidad de la conversación.

También, como menciona Schoentjes (2003, en Alvarado Ortega, 2006), tenemos que conocer a la persona con la que conversamos para saber si está siendo irónica o no (Alvarado Ortega, 2006, p. 4). Volviendo al caso de Internet. Si en un foro no conocemos al interlocutor, tampoco podemos ver sus gestos, su forma de hablar, solo nos quedan las palabras para intentar saber si está siendo irónico. Por tanto, faltan algunas referencias para poder detectar si un mensaje debe ser tomado en serio o no.

Aquí es donde entra la ley de Poe. Según urbandictionary.com, la ley de Poe nos indica que da igual cómo de raro, extraño o idiota pueda parecer un mensaje irónico o paródico, que sin una marca de ironía como un emoticono, es imposible diferenciarlo de un mensaje escrito en serio.

La ley de Poe fue creada por Nathan Poe en 2005 a partir de una conversación en un foro cristiano (Aikin, 2013), y tiene muchas implicaciones discursivas, como podemos leer en el artículo de Aikin (2013). Más allá de estas implicaciones, cualquier cosa que escribamos, por muy irónica que nos pueda parecer, alguien va a tomarlo por cosa cierta. Igualmente, tal vez nosotros mismos podamos tomar por cierto cosas que, si no conocemos el contexto, consideraríamos una burla. Pensemos en webs como elmundotoday.com o theonion.com. De vez en cuando alguien se toma en serio sus noticias, las usan como fuentes y hasta debaten alrededor de alguna de sus noticias. Esto, en un principio, puede parecer divertido, pero ¿qué ocurre cuando ese mensaje que pudimos pensar que era una broma no se interpreta como tal?

En resumen, ojo con la ironía en internet. Tal vez, sin uno darse cuenta, puede estar alimentando a las fuerzas malignas de este mundo.

Referencias

Aikin, S. F. (2013). Poe’s Law, group polarization, and argumentative failure in religious and political discourse. Social Semiotics, 23(3), 301–317. https://doi.org/10.1080/10350330.2012.719728
Alvarado Ortega, M. B. (2006). Las marcas de la ironía. Interlingüística, 16, 1–11.
Poe, N. (2006). Urban Dictionary: poe law. Urban Dictionary. https://www.urbandictionary.com/define.php?term=poe%20law

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2 respuestas a “La ley de Poe y la ironía

  1. Me ha encantado el atículo y la plasmación de los rasgos que identifican la ironía. EMT y The Onion, que marca como ejemplo, son maravillosos. Pero puestos a poner, permítame añadir dos nombres más: el Errado de Aragón y Diario La Realidad (www.diariolarealidad.es) del cual soy modesta directora.
    Un saludo.

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    1. ¡Muchas gracias por tu comentario! Nos alegramos de que te haya gustado tanto, Margharetta.

      La ironía es una de las figuras retóricas más infravaloradas, poco apreciadas y peor entendidas del lenguaje. Con respecto a tu enmienda, ciertamente, los ejemplos mostrados son referentes en cuanto a la ironía en internet, sin embargo aceptamos humildemente la puntualización. El Errado de Aragón y Diario La Realidad son, también, crema.

      ¡Saludos!

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