Título: Un trabajo de verdad
Publicación: 2013, Norma Editorial
Temática: Novela gráfica
Páginas: 121
Autor e ilustrador: Alberto Madrigal
Puntuación: 8/10
Sinopsis: Javi ya no puede más. Ha abandonado el trabajo de diseñador gráfico que tenía en España para irse a vivir a Berlín, solo, sin empleo, sin piso y sin saber alemán y con la idea de dedicarse por fin a lo que siempre había querido: dibujar tebeos.
Alberto Madrigal, el autor de esta novela, ya nos lo dice al final: El camino más fácil es siempre el más difícil. Kiss. (keep it simple stupid). Un consejo que nos acompaña desde el principio hasta el final de la historia. Un consejo que nos pega en las narices un puñetazo y nos enseña que a veces menos es más.
La historia de Javi, el protagonista, es la vida de muchos españoles, que cansados de una vida monótona y vacía, deciden dejarlo todo para conseguir sus sueños. Algo tan sencillo y tan complejo a la vez se refleja en estas 121 páginas. La adaptación al ambiente, la soledad, la dificultad de encontrar alojamiento, de perseguir tu meta sin decaer, de encontrar un lugar donde relajarte e inspirarte, de conocer a personas, de hacer amigos… en definitiva, de avanzar.
La trama es el proceso de adaptación de Javi en Berlín y todos los sentimientos que conlleva. Y el final es abierto, difuso, inconcreto. No es un «continuará», es un «ya sabíais que continuaría», puesto que no se trata de la narración de un conflicto, sino de un episodio vital, que, evidentemente, continua. Lo que pase después, no tiene importancia, lo que se quería reflejar, ya se ha reflejado. Conciso, concreto, sin elementos superfluos, sin recargar.
Con respecto a la ejecución, he de decir que no soy una experta en novela gráfica, pero la personalidad del dibujo de Alberto Madrigal me ha fascinado desde el principio hasta el final. Las imágenes hablan más que las letras que las acompañan. Del mismo modo que la trama, los dibujos son simples, sin muchos colores, sin muchos detalles. En el fondo, no es necesario, el ilustrador enfoca el elemento principal, aquel que quiere resaltar. E incluso, enfoca algunos, que lejos de significar algo literal, hacen referencia a una metáfora. Es el caso, por ejemplo, de las ilustraciones de las páginas 120-121, donde se combinan imágenes de Fabio, compañero de piso de Javi, en el baño jugando al golf mientras hace sus necesidades, y de una notificación en el ordenador de Javi. El conjunto finaliza con Fabio alzando los brazos en posición de victoria, pues ha conseguido meter una pelota en el hoyo. Dando a entender que, en el mensaje se anuncian buenas noticias para el protagonista.
La simpleza es lo que decora las páginas, dándole un toque minimalista y concreto. Es tanta esta delicadeza que el autor, lejos de especificar los flashbacks que se producen a lo largo de la historia, con una simple frase al estilo «tres años antes», «dos días después»; utiliza un cambio de gamas de color. Es decir, mezcla las escenas presentes y pasadas sin que eso resulte un problema, gracias a la combinación de colores y a las conversaciones que se producen entre los personajes.
«Demasiadas espectativas» dice Alberto al final de su obra. Yo, para finalizar esta reseña, diré lo contrario «pocas espectativas», pero al final, me he llevado un buen sabor de boca. Un trabajo de verdad es como un helado de color verde, lo ves y no acaba de apetecer, asusta; pero una vez lo pruebas y notas el sabor dulce, el frescor, el tacto, te apetece seguir y seguir y seguir…
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