Título: A corazón abierto
Publicación: 2020, Editorial Seix Barral
Temática: Autobiográfica / drama
Páginas: 221
Autora: Elvira Lindo
Puntuación: 6 /10
Sinopsis: Partiendo de un episodio ocurrido en Madrid en 1939, la narradora de esta historia cuenta la apasionada y tormentosa relación de sus padres, y cómo la personalidad desmedida de él y el corazón débil de ella marcaron el pulso de la vida de toda la familia.
Estáis frente a una fan incondicional de Manolito Gafotas. De pequeña disfrutaba muchísimo con las novelas de humor, me gustaba encontrar en mis lecturas a personajes patosos, con problemas infantiles y que tuvieran esa picardía inocente propia de los niños. Me identificaba con ese perfil, y me gustaba reírme de sus desgracias mientras me reía de las propias. Por eso, cuando vi que Elvira Lindo, su autora, había escrito una novela para adultos, tuve que lanzarme a leerla. La última vez que la había leído fue con la colección de Manolito, y de eso hace ya unos doce años.
Con el corazón abierto es una novela donde Elvira Lindo explica algunas situaciones de su infancia pero ella, como se encarga de remarcar en numerosas ocasiones, no es más que un personaje secundario, ensombrecido por la imagen de sus padres. El padre de Elvira, Manolo, es un hombre que tuvo que marcharse de su casa muy joven por problemas económicos. Sus padres no podían mantener a tantos hijos y decidieron desprenderse del mediano que era, también, el más rebelde. A partir de este momento, Manolo tendrá que soportar a una tía maltratadora y sobrevivir en una ciudad hostil. La infancia de Manolo, que podemos catalogar como infancia perdida, marca su carácter, y acaba siendo un marido lleno de miedos y de celos; y un padre posesivo y autoritario. La madre de Elvira, que tiene también un papel muy importante en la historia, es todo lo contrario a su marido. Una mujer enfermiza, frágil y con una gran dulzura.
La autora explica la historia de sus padres desde que son pequeños hasta que mueren, focalizando los aspectos más relevantes de sus vidas, aquellos que forjaron, de alguna manera su carácter y que justifican algunos de sus comportamientos como pareja y como padres. Los flashbacks son continuos, el presente es solo el marco en el que Elvira se apoya para rememorar el pasado, un pasado lejano y otro más cercano. El de la infancia y juventud de sus padres, por un lado; y el de la madurez y vejez de ambos, por otro.
La narrativa de la autora es espectacular. Es clara y profundamente sensible. Se nota que conoce a los personajes y los explora hasta el fondo, dejando al descubierto sus debilidades y sus defectos; describiendo su personalidad al cien por cien. El problema que le he encontrado y que ha hecho que el libro se me acabe haciendo bola es la repetición de algunas anécdotas y la constante justificación de sus padres; y ambas cosas están muy relacionadas con el hecho de que se trate de una autobiografía. Si a mí me ha costado culpar a los personajes por sus acciones porque sabía que eran de carne y hueso; entiendo que a ella, que además escribía sobre sus padres, le ha costado todavía más. Se ha querido recrear en escenas que para ella son importantes porque le tocan de lleno, ha intentado perdonar sus acciones a través de una retrospección literaria y ha quedado un libro lleno de excusas, de reproches, de te- quiero-aunque.
Lo recomendaría por la calidad literaria de la novela y en especial a aquellos que estén interesados en saber más sobre la sociedad de la posguerra. Pero no he disfrutado de la lectura, quizá esperaba más, o imaginaba encontrar en estas páginas a aquella Elvira que me hacía sonreír por las noches cuando era una niña, antes de irme a dormir.