Título: Estrómboli
Idioma: Castellano
Autor: Jon Bilbao
Editorial: Impedimenta
Publicación: Febrero de 2016
Etiquetas: Relatos, Realismo sucio
Formato de publicación: Tapa blanda, 272 páginas. Epub
Tiempo estimado de lectura: 6h
Puntuación: 8/10
Sinopsis: Colección de cuentos marcados por la violencia que rodea a los protagonistas, perdidos en una calma brutalidad que les supera.
Lo mejor: La precisión quirúrgica para poner foco en los detalles.
Lo peor: La sensación de repetición que provocan los relatos al leerlos en conjunto.
En Estrómboli, colección de relatos que nos trae Jon Bilbao en manos de Impedimenta, somos testigos de la llegada del caos, es decir, pequeñas decisiones cuyas consecuencias escalan hasta alcanzar la destrucción.
Estas pequeñas cosas, guiadas en muchos casos por la casualidad o empujadas por la fuerza de una coyuntura inane, son los disparadores de las historias. Son hechos, como la pérdida del trabajo, un encuentro casual con algún personaje demente, o simplemente la llegada de un evento tradicional, lo que sirve como excusa para hacer estallar la violencia que albergan las relaciones entre las personas.
Porque de eso trata este libro, de relaciones entre personas. Los personajes se convierten en sus propias expresiones: para ello el autor usa su generosa capacidad para poner foco en el detalle importante, en la palabra justa, con la que realza la humanidad de cada una de las voces que transmiten el libro. La información es mínima, en un estilo realista, sucio, que sin embargo logra transmitir personajes complejos gracias a los contrastes narrativos entre los protagonistas, los secundarios, los narradores y también en el mundo que los rodea: cada elemento cuenta.
Esta precisión hace que los cuentos tengan un final abierto, aunque es una ilusión: todo lo que Bilbao nos quiere explicar aparece, se desarrolla y obtiene su justo desenlace. No necesita alargar las historias con finales felices o con relleno. Al contrario, estos finales abiertos realzan el trabajo del conflicto y la resolución del mismo. Entrar en más detalles sería como mostrar aquello que diferencia lo erótico de lo pornográfico, y en este caso, en Estrómboli nos quedamos en la erótica de la violencia, una erótica que, si bien aparece, lo hace de forma justa y comedida, lo suficiente para aplastar a sus víctimas y dejarlas a los pies de los caballos, listos para su destrucción final.
En su erótica del caos, no hay límite. El autor elige las palabras adecuadas para mostrar la degradación. No tiene prisa tampoco en entrar en los conflictos. Los plantea con ritmo, y una vez hecho esto se detiene en la construcción de los personajes. En todo lo necesario para que, a la llegada de las resoluciones de las tramas, los sucesos y sus consecuencias nos parezcan coherentes, sin abandonar el efecto sorpresa tanto en la forma como en los contenidos, y crear el placer que da la contemplación de una historia bien cerrada.
Una vez superado el motto del caos, Estrómboli se nos revela como una colección de cuentos de estructura similar. Ésta está bien construida, las tramas se mezclan creando dos o tres líneas en cada cuento que terminan convergiendo en un único clímax que no deja ningún cabo suelto, dentro de la sobriedad de las narraciones. Si bien el esquema funciona muy bien en los cuentos, hace que la antología termine por ser un poco repetitiva. Los cuentos funcionan mejor si se leen por separado, se disfrutan con calma y el lector desiste en leerlos de un tirón y se centra en el disfrute de cada uno de ellos. Si, en cambio, decide tomarse la lectura de Estrómboli como una actividad de una tarde, esta repetición puede llegar a ocultar el trabajo de descripciones. Un trabajo que, por otra parte, merece la máxima atención que el lector pueda aportar. Buena señal: los cuentos funcionan como elementos autónomos.
Así pues, la lectura de estos cuentos solicita paciencia y sosiego para hallar los detalles que construyen la deconstrucción de las vidas de los afectados. Sólo así podremos disfrutar de la belleza del caos. Recomendable.
2 respuestas a “Estrómboli | Jon Bilbao”