Autora: Carmen Amoraga
Comunidad autónoma: Comunidad Valenciana
Título: El tiempo mientras tanto
Género: Drama
Año de publicación: 2010
Editorial: Planeta
¿Primera publicación?: No
Lengua de redacción: Castellano
Lengua de lectura: Castellano
Nota: 5/10
María José era una mujer que no tuvo suerte en la vida. Esta es la frase que da inicio a El tiempo mientras tanto y que, de alguna manera, define todo el contenido que vendrá después. María José está en coma por un accidente de tráfico, ahora, se debate entre la vida y la muerte. Este accidente es el que utiliza la autora como motor de la historia. La familia de María José, su mejor amiga y su cuidadora reflexionan acerca de su propia vida y de la relación que mantenían con la enferma. El recurso ya lo hemos visto en otras novelas, de hecho, en grandes autores como Delibes ya vemos como la enfermedad puede ser la excusa perfecta para que los personajes desarrollen monólogos internos, en los que reflexionan sobre su vida. En Cinco horas con Mario, ¿qué es lo que hace Carmen al lado de la tumba de su marido? Un soliloquio social, pero también sobre sus sentimientos y su relación matrimonial. Se confiesa, se libra de los pecados que le atormentan la mente.
En la novela, Carmen Amoraga también utiliza este recurso. Los padres de María José reflexionan sobre su relación a los pies de la cama de su hija casi difunta. Hacen balance de su vida y encuentran los motivos de su pena y de su irritabilidad. Por otro lado, está Marga, la amiga de María José, que también piensa acerca de su vida, pero en este caso, en la balanza gana la parte positiva. Y la cuidadora, que pasa tanto tiempo cuidado de los demás, que apenas tiene tiempo de cuidarse a sí misma.
La trama es interesante, digna de ser finalista de un premio tan importante y comercial como el de Planeta. También lo es el pretexto del que parte. Sin embargo, la ejecución es mala, de ahí la puntuación baja. El léxico que se utiliza a lo largo de la novela es muy pobre. Esto, unido a que las estructuras sintácticas se repiten y el uso de la conjunción «y» es excesivo, provoca que la lectura se ralentice. ¿Es necesario que se describa cómo la madre de la protagonista llora? Se suena los mocos, mira a su hija, coge otro pañuelo del bolso, se vuelve a sonar, etc. No, no es necesario. Si lo que queremos hacer es explicar que la madre está llorando, podemos simplemente decir: la madre está llorando. También podemos ser sutiles y decir que la madre está conteniendo las lágrimas o que busca un pañuelo para que nadie sepa que está triste. No es necesario enumerar los pasos del llanto, no es recomendable a menos que seas Cortázar.
En definitiva, la novela es interesante pero no he logrado conectar con la historia a causa de su mala ejecución. Una lástima.
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