Autor: Antonio Muñoz Molina
Comunidad autónoma: Andalucía
Título: En ausencia de Blanca
Género: Ficción
Año de publicación: 2001
Editorial: Alfaguara
¿Primera publicación?: No
Lengua de redacción: Castellano
Lengua de lectura: Castellano
Nota: 8/10
Las novelas de amor no tienen que ser bonitas, porque las historias de amor, a veces, no lo son. Tampoco es necesario que aparezca un personaje «bueno» y otro «malo». Uno que sea infiel y el otro que lo perdone. Uno que tira del carro y otro que se deja llevar. Uno blanco, otro negro. Uno cara y el otro cruz. Antonio Muñoz Molina lo sabe y abandona los arquetipos de la novela romántica para crear una novela que, aunque habla de amor, no se pierde en romanticismos.
En ausencia de Blanca narra la historia de una pareja que, en cierto modo, es incompatible. Mario es funcionario, le encanta la rutina, la tranquilidad y el orden. En cambio, Blanca es creativa, curiosa, indecisa, extrovertida y bastante caótica. Son tan distintos, que la primera parte de su relación va sobre ruedas: cada uno le aporta al otro lo que necesita. Mario le proporciona a Blanca estabilidad emocional y un poco de calma. Blanca le regala energía y entusiasmo. Con el paso del tiempo, todo aquello que les atrae de su pareja, acabará convirtiéndose en aquello que más les molesta. Mario no soporta tanta inestabilidad, no sabe cómo gestionar las tantas y variopintas inquietudes de Blanca y teme que, una tarde, cuando salga de trabajar, Blanca no esté en casa. Blanca, por su parte, detesta la monotonía de Mario, su trabajo aburrido y rutinario. Ninguno de los dos es capaz de decirlo abiertamente, porque se aman, pero su voz interior, de vez en cuando, les grita que se marchen con alguien con más afinidad.
Blanca, a diferencia de la mayor parte de la gente, no había renunciado a nada: quería pintar, quería escribir, quería saberlo todo sobre la ópera italiana o sobre el teatro kabuki.
En ausencia de blanca (MUÑOZ MOLINA, 2001: 42)
La historia está explicada en tercera persona, pero el foco está puesto en Mario, que observa a la distancia como Blanca va cambiando de actitud hasta convertirse en alguien completamente diferente. La narración es clara: las descripciones son maravillosas y el vocabulario es conciso. En tan solo un párrafo, el autor es capaz de captar el espíritu del personaje, lo dota de vida, lo construye de una manera tan realista que le cogemos cariño. Mario, en ocasiones, puede resultar un poco casposo, quizá por la época de publicación de la novela (los años 2000) o porque simplemente, Mario, funcionario de provincia, nacido en un pueblo pequeño de Andalucía, ha sido educado para comportarse de un modo un tanto «anticuado». No podemos saber si el autor lo construyó de este modo para contraponer al personaje de Blanca o si, sin querer, apareció este perfil de caballero micromachista. Lo que sí os puedo garantizar es que tanto él como Blanca son muy verosímiles y encajan muy bien dentro del contexto en el que se describen.
Me ha parecido un lectura interesantísima, centrada en los claroscuros de una relación, en la sutileza, en aquellos rifirrafes conyugales de los que tan poco se habla. Además, como ya he comentado, Antonio Muñoz es un muy buen narrador: la historia no solo engancha, también está muy bien escrita.
¿Quién es Antonio Muñoz Molina?

Antonio Muñoz Molina nació en Jaén en el año 1956. Es escritor y académico de la Real Academia Española desde el año 1996. Ha ganado varios premios de literatura entre los que destacan el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, otorgado en el 2013. Algunas de sus obras han sido adaptadas al cine: El invierno en Lisboa (1991), Beltenebros (1991) , Plenilunio (2000).